Recibo una jovencita muy pero muy guapa. Una rubia, de hermosos ojos, un cuerpo perfecto, una sonrisa sumamente excitante. Ella viene a recibir un masaje en mi casa. Le explico un poco el masaje que le estoy haciendo, le digo el precio, acepta y empezamos. Le digo que se quite la ropa y cuando veo su trasero casi grito, tuve que morder la toalla que tenía en la mano.
Empiezo a darle un masaje y realmente sin querer mi dedo entra en su culo, veo que no dice nada por lo que sigo masajeando su hermoso ojete que tiene. Después de tomar su coño y tocarla bien, ella sufre de placer, lo veo en sus ojos en sus jadeos. Me quito todo y me la follo, es tan adorable, su carita, sus pechos, es como una muñequita,