Transformar a su esposa en una mascota sexual se ha convertido en uno de los placeres de este hombre, que sabe que su mujer es una perra sumisa y que le gusta obedecer órdenes. Primero le encarga que limpie la casa a fondo y luego lo primero que hace es mearse en su boca. Pero la mujer en vez de escupir y dejar que salga la orina, lo que hace es beberse todo el pis como una cerda obediente. Luego el marido la sigue humillando y sometiendo hasta que se la folla y le suelta toda la corrida en su boca de puta.
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