Hay que ser puta como esta rubia para que cuando un ladrón se mete en casa a follarte y violarte no te pongas a gritar pidiendo ayuda a tu padre, que está en la casa, sino que dejes que el hombre te dé caña. La rubia sabe que tiene una oportunidad de oro para disfrutar de un polvazo, porque es un negro bien grandote el que se ha metido en casa y que le mete la polla en la boca rápidamente. La follada es salvaje, con unas fuertes metidas de rabo hasta lo más profundo de su chocho que hacen que la guarra no pare de gemir.
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